A Single Man.


Es el título de la ópera prima del diseñador de modas Tom Ford como cineasta, al leer esto uno pensaría que este es uno de esos caprichos que se permiten las personas de renombre, porque les picó el gusanito.

Sin embargo al ver el trailer, se puede apreciar un visión estética pulcra y elegante, adosada por un vestuario sobrio (obviamente diseñado por el propio Ford), una banda sonora emotiva y minimalista a cargo del polaco Abel Korzeniowski, haciendo referencias cinematográficas a Almodóvar y "De aquí a la eternidad" y una estética que nos recuerda a Sam Mendes en "American Beauty", Todd Haynes en "Far From Heaven" y Stephen Daldry en "The Hours".

La historia se cuenta mediante un día en la vida de un profesor homosexual en 1962, George Falconer (Colin Firth) quien trata de sobreponerse a la vida después de la muerte de su compañero de toda la vida Jim (Matthew Goode), siendo consolado por su mejor amiga Charlotte (Julianne Moore) y acosado por su estudiante Kenny (Nicholas Hoult).

Basada en la novela del inglés Christopher Isherwood, quien fue uno de los creadores de la historia de Cabaret (Sí, la misma de Bob Fosse), A Single Man ha acumulado excelentes críticas y es una de las películas que en estos momentos me muero por ver.

Zeigeist.


Zeigeist son (mejor dicho, eran, porque lamentablemente decidieron separarse) un colectivo de 20 personas, (y frecuentes invitados) seis de ellas se dedican a hacer la música y los demás se encargan de los trabajos visuales, la mayoría de los integrantes son diseñadores de vestuario, diseñadores gráficos, diseñadores y más diseñadores, quienes además están involucrados en otras disciplinas artísticas del licor Avant-garde nórdico.

Con una música pegajosísima, un estilo entre shocking y estilizado, letras sumamente sensuales y con doble sentido, policromía en exceso y un vestuario haute-couture, estos suecos dieron vida a un solo album de estética hermosa en todo sentido, aunque fueron tildados de copiar a The Knife (suecos también), estos tenían un estilo más alegre y sus basamentos artísticos eran muy interesantes, a su vez, visualmente tenían mucho de Assume Vivid Astro Focus (otro poliedro de gente haciendo arte, partiendo de diferentes destrezas); desde Jade Motel no ha encontrado un album hasta los moemntos que me atrape desde principio a fin, además sus fotos eran una delicia.

Los Zeigeist hacían simbiosis entre ellos, una mezcla hetoregénea que dio paso a infinidad de pleitos internos, porque claro, coordinar 20 cerebros no es nada fácil, creo que esto llevó a su separación.

Desde la pintura hasta la música, pasando por el vestuario y la poesía, Zeigeist pusieron un granito de arenas dentro de esta movida moderna de colectivos polifacéticos, porque el arte moderno es así, amalgamado.







El Primer Acercamiento al Arte.

Yo soy del interior, de un pequeño pueblo del interior, San Antonio del Táchira. Siendo del interior el acercamiento con las diferentes destrezas artísticas era muy limitado, recuerdo que la casa de la cultura sólo dictaba clases de cuatro, que carecíamos de bibliotecas públicas, que en las emisoras de radio predominaba el vallenato mainstream y que el único cine que teníamos, fue clausurado para pasar a ser una especie de "Pare de Sufrir".
A su vez, el limitado acceso que teníamos al arte era cualitativamente bajo, la última película que llegué a ver en el difunto cine fue "La novia de Chuky", pasaba horas sintonizando lejanas emisoras de San Cristóbal y Colombia donde podía escuchar Suzanne Vega, The Cranberries, The Cardigans y esas cosas que escuchaba para la época, me sumergía en la biblioteca de mi casa, cual arqueólogo buscando libros viejos de mi padre y tíos, y a la vez, cada vez que iba a alguna casa, espiaba en su biblioteca y si había algún título que me interesara lo pedía prestado, perseguir películas por la televisión por cable, venir de vacaciones a Caracas y aprovechar para ver cuanta película pudiera, comprar todos los cds que pudiera y escucharlos uno y otra vez durante mis viajes de 15 horas, de regreso a mi pueblo.
Luego llegó el internet y me lo facilitó todo, me lo puso al alcance de la mano, y a la vez le quitó mucho la gracia y emoción que tenía el proceso de búsqueda del arte, dejé de ser esa especie de arqueólogo para pasar a ser un niño con sirviente, y por último me mudé a Caracas apenas pude. Casi seis años después muchas cosas han cambiado y ahora encuentro más difícil que algo logre sorprenderme artísticamente, creo que cuando empiezas a manejar ciertos códigos, algunas otras cosas pierden su magia y le vas buscando el trasfondo a todo, no sé si esto sólo me pasa a mí, pero de eso hablaré luego.
Siempre he querido saber si para la gente del interior, su primer acercamiento al arte fue tan anecdótico / divertido / juguetón / accidentado / placentero / mágico como el mío, y si, ahora que lo tenemos todo, al alcance de un click, ha perdido en mayor o menor proporción, algo de esa "magia".