Beyond.



Todo puede llegar a ser arte, la cultura nos rodea, podemos encontrar lo bello en todo (de acuerdo en como se le mire), estamos ávidos de cultura, ávidos de información. Hace mucho dejamos atrás los conceptos clásicos del arte, de lo bello y lo estéticamente correcto, ya no asociamos lo bello con el concepto platónico de la idea, ni con el concepto del arte utilitario, tampoco la teoría medieval de lo bello como aquello que es reflejo de Dios y mucho menos la teoría Hegeliana de lo bello como reflejo de la naturaleza. A nosotros nos llegó el posmodernismo y nos borró esos conceptos, nos llegó Duchamp, nos llegó Ad Reinhardt, nos llegó John Cage, Matther Barney, Mapplethorpe, Diane Arbus, John Galliano, Magritte, y eso pasó a ser "last season".

Hoy en día el arte no se limita a museos, cines, teatros y centros culturales, podemos encontrar placer estético en casi cualquier rincón, de hecho ahora lo tenemos al alcance de la mano, desde que se inició la era cibernética podemos acceder a él a tan solo un click de distancia, antes de eso estaba la televisión que de por sí ya acortaba distancias y nos bombardeaba con información, pero ahora incluso podemos ser partícipes y espectadores semi-directos del arte gracias a youtube por ejemplo, yo nunca he ido al Louvre pero prácticamente podría tomar una visita guiada desde mi hogar.

No es extraño que ahora un comercial publicitario nos parezca bello, el diseño de algún mobiliario, un desfile de modas parezca una obra de teatro, o un traje de haute couture se ensamble mediante un control remoto, tampoco es raro que encontremos belleza en la violencia o la cotidianidad, ahora un video musical puede llegar a tener la calidad estética de una película y de las buenas, en el arte ya nos es casi imposible etiquetar ¿En que corriente artística posicionamos algo que es cine, fotografía, teatro y música a la vez? Tampoco es extraño que grandes y laureados directores de cine dirijan comerciales para la televisión, o que diseñadores de moda salten a dirigir una película y de paso les quede bella, que un arquitecto o un diseñador industrial sea el director de arte de un filme, que una actriz cante o que una cantante punk sea también una soprano. A medida que se ensanchan los parámetros del asombro van naciendo nuevas formas de romper con ellos.

Yo estoy muy contento de la era en que nací, a pesar de que hubiese querido nacer a mediados de los setenta y vivir mi adolescencia en los ochenta, pero ahora tengo la libertad de decir que algo me gusta sin tener que explicar el por qué, o me gusta o no, hemos adoptado el arte como subjetivo, obvio que aún utilizamos los conceptos técnicos pero algo que me perturba me puede parecer bello solamente por el hecho de sensibilizarme, mejor aún tengo la libertad de consumirlo sin límites, sin reservas y al alcance de mi mano, el arte se consume, es un producto y ahora, para nuestra satisfacción, tenemos muchos supermercados culturales.





Wether you like it or not.



"It is clear that I must find my other half. But is it a he or a she? What does this person look like? Identical to me? Or somehow complimentary? Does my other half have what I don't? Did he get the looks? The luck? The love? Were we really separated forceably or did he just run off with the good stuff? Or did I? Will this person embarass me? What about sex? Is that how we put ourselves back together again? Or can two people actually become one again?"

-Hedwig-

Ser gay está de moda. Eso a veces me molesta, parece que se hubiese convertido en un grito de rebeldía disfrazado de búsqueda de identidad. Yo soy gay y siempre he pensado que más que una inclinación sexual, la homosexualidad es una identidad, una religión,una cultura, un credo, producto de diversos elementos. Capaz uno nace gay (tal y como estaban investigando en Suiza o como el niño de "Ma vie en rose") pero no se puede negar que el entorno familiar y social, el período de descubrimiento sexual durante la infancia e incluso el entorno cultural o experiencias traumáticas pueden influir en la sexualidad. Pero no, ser gay es trendy, o al menos ser multitasking.

El movimiento Queer nace en las calles de Nueva York a finales de los 80 y principios de los 90, como respuesta de las discriminaciones hacia los homosexuales, su estandarte principal era oponerse a las diversas agresiones (físicas, verbales, psicológicas) a los que se veían expuestos los homosexuales, a su vez estaba en contra de las etiquetas sexuales impuestas en la sociedad: heterosexual, homosexual, hombre, mujer, esposo, esposa. En otras palabras, como dijo Morrissey, que el ser humano no debería declararse como heterosexual u homosexual, simplemente "sexual".

El movimiento Queer tratando de darle un espacio a los homosexuales dentro de la sociedad, proponía la igualdad y el orgullo, rompiendo los esquemas y las limitantes que le impedían al homosexual tomar una posición activa dentro de su entorno social, cultural, político, étnico, religioso y demás. A su vez, y posiblemente como resultado de tantos años de discriminación, se oponían a ciertos elementos determinantes de la sociedad, como el concepto de "familia", lo que tal vez haya hecho que el movimiento en cierta forma se resquebrajara, alejando adeptos en vez de ganarlos. Sin embargo, ahora en pleno siglo XXI y en lo que va de la primera década, la homosexualidad goza de una mayor aceptación y entendimiento (a menos que seas afgano) aunque aún queden gigantes rastros de intolerancia, discriminación y tabú.

Hedwig & the Angry Inch (2001) es una película del actor/director estadounidense John Cameron Mitchell, quien más tarde se daría a conocer mundialmente por su película "Shortbus". Esta, su ópera prima, no gozó de la publicidad de su sucesora pero fue alabada por la crítica e incluso el gremio, otorgándole a Cameron Mitchell una nominación al Globo de Oro como Mejor Actor en una comedia o musical y varios premios en el Festival de Sundance, entre otros. Aunque pareciera a simple vista una película del New Queer Cinema, llena de maquillaje, glam y travestismo, Hedwig es mucho más que eso, una ópera rock que encierra una curiosa visión de un ser humano obligado a tomar medidas extremas para sobrevivir, una búsqueda constante de sueños, un retrato de un personaje cuya sociedad, familia, música y entorno político influyeron en su identidad sexual, buscándose siempre a sí mismo y a los demás, buscando para aceptarse.

Para empezar Hedwig nace en Alemania Oriental el mismo año que erigen el muro de Berlín, hijo de una alemana un poco inestable y un soldado americano creció en la parte socialista del país, limitado de muchas cosas durante su crecimiento decide buscar refugio en una emisora americana, escuchando a los íconos del glam rock y el pop, siendo así David Bowie, Iggy Pop, Nico, entre otros, los amigos imaginarios del pequeño. Obviamente durante su crecimiento se vio de cara a posturas políticas, fenómenos y limitaciones sociales, creencias religiosas, figuras andróginas, problemas familiares, abusos sexuales, haciendo que se encapsulara más y más en sus ídolos, y formando su inclinación sexual. Hedwig es gay, es gay desde chiquito pero no decide ser transexual, durante su adolescencia conoce a un soldado americano, que confundiéndolo con una mujer se enamora de él y más tarde le propone matrimonio, sólo que para sacarlo de Alemania Oriental debe "lucir completamente como una" así que deberá prescindir de una pequeña parte de su cuerpo, convencido por su novio y con la ayuda de su madre (movida por el interés de salir de Alemania también) decide quitarse esa parte de sí, quedando con un pequeño residuo al que él llama "the angry inch".

De esta manera nos encontramos con un Hedwig adulto, un Hedwig homosexual pero transexual a juro, transexual por la necesidad de salir de su país, por buscar el amor y la libertad, perdiéndolos luego, y así decide buscarse a si mismo en un mundo decadente y onírico, rodeado de personajes movidos por situaciones extremas como él, discriminados y desesperados como él. Hedwig es pasional, tiene una teoría curiosa y mitológica de la sexualidad, no es un héroe, es el niño que escuchaba canciones rock en un radio am con la cabeza metida en el horno de la cocina, convertido en mujer ahora. Hedwig cree en el matrimonio aunque descubre después que es sólo una institución, cree en la sociedad aunque le de la espalda, se aferra a los sentimientos aunque sea traicionado, cree en la religión aunque no lo acepte, en la justicia aunque tenga que buscarla con sus propias manos y en el amor aunque parezca no conseguirlo, sobre todo cree en sí mismo aunque no sepa si es hombre o mujer, y siempre se busca, aunque su verdadero ser esté escondido bajo las pelucas y el maquillaje.

Este es el verdadero Movimiento Queer, el que no busca una identidad sexual, sino una identidad humana. Así les guste o no.